Desde diferentes disciplinas han emergido los saberes de la complejidad, los que están impactando los cimientos epistemológicos de muchas ciencias. Las escuelas filosóficas orientales de la antigüedad se pueden considerar como paradigma de pensamiento no lineal. Como parte de esta visión del universo, la Medicina Tradicinal China (MTC) es un sistema médico tradicional con un marco teórico que difiere sustancialmente de los preceptos vigentes en Occidente, por lo cual es profusa la polémica generada sobre las categorías científicas en que se basa.
Se puede pensar que la MTC nunca ha tenido basamentos científicos debido a su marco teórico aparentemente subjetivo y su estrecha relación con escuelas filosóficas y teológicas, esos caracteres la acerca más a lo “no científico”. Sin embargo: ¿Qué tal si sus teorías, técnicas y procedimientos sí fueron experimentados? ¿Qué tal si el conocimiento generado durante siglos en un espacio geográficamente inmenso desde entonces, sí fue sistematizado? ¿Y si estos fueran además difundidos y aplicados?
En esta medicina, con un vasto arsenal semiológico, las modificaciones estructurales son detectadas cualitativamente (rostro, voz, lengua, tez, pulsos, etc.) para poder inducir el estado de las funciones y de allí indicar el tratamiento. Además se logra establecer patrones de disarmonía en constructos filosóficos poco accesibles a la racionalidad occidental: Tao, Yin, Yang, Chi, Xue, Jing, los Cinco Elementos (o mejor Cinco Transformaciones), etc. y sus interrelaciones.
Se destaca que antiguamente se graduaban médicos luego de varios años de práctica y estudio. Muy ingenioso puede parecer hoy el medio de enseñanza del Hombre de Bronce (Dinastía Sung, 960-1279).
Hoy en día en China la MTC se incluye en el sistema de salud a la par que la Medicina Occidental para la evaluación y tratamiento de las personas.
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Referencia: Orlando Abreu Guirado, Revista Humanidades médicas (2008).
Creado por: Sebba Reyes